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[Reseña] Life is Strange: True Colors

by Déjense Ver
Tiempo de lectura: 5 minutos

Sinopsis & Ficha Técnica

Alex Chen siempre ha ocultado su maldición: una habilidad sobrenatural para sentir, absorber y manipular los sentimientos intensos de los demás, que percibe como auras de colores. Alex tendrá que aprender a controlar su poder para descubrir la verdad y los oscuros secretos que oculta el pequeño pueblo de Haven Springs.

  • Año: 2021
  • Género: Aventura narrativa / Toma de decisiones
  • Jugadores: 1
  • Desarrollo: Deck Nine Games
  • Idioma: Textos en español, voces inglés
  • Duración: 7- 10 horas
  • Plataformas: PS4, PS5, PC, XBOX
  • Jugado en: PS5

Tráiler

Reseña

Hemos pasado el finde en Haven Springs, con el nuevo título de la saga Life is Strange: True Colors. Sabéis que le seguimos la pista a todos los títulos relacionados con LIS, así que no podíamos perdernos esta entrega. ¡Le teníamos muchas ganas!

Son tantas las cosas de las que hablar, que sentimos que esta reseña merece una estructura algo diferente de lo que solemos hacer. Al finalizar el juego hemos coincidido en que en muchos momentos nos invadió una sensación agridulce, porque cada aspecto parecía tener un lado bueno y un lado malo, a pesar de que hemos disfrutado un montón con la historia. Intentaremos ir desgranando cada uno de esos puntos párrafo a párrafo, por supuesto sin entrar en spoilers.

Para empezar, vuelven a presentarnos otra historia de dos hermanos. Ya tuvimos la trama de Sean & Daniel Diaz en Life is Strange 2, y la de Tyler & Alyson en Tell Me Why. Es cierto que estos dos últimos títulos fueron desarrollados por Dontnod, mientras que True Colors pertenece a Deck Nine Games al igual que LIS Before the Storm, pero justo son los juegos más recientes de la franquicia, y tal vez se nos hubiera apetecido más algo distinto. Pero bueno, al ser estudios distintos no podemos reprochárselo del todo.

Continuamos: Como una experiencia de “Vida extraña”, esta entrega es notable. Nos han contado una historia interesante, que nos ha mantenido en vilo durante sus cinco capítulos, y que nos ha calado muy hondo. Personajes memorables, giros, ambientación fantástica, buena construcción visual… nada que objetar al respecto. Pero sentimos que cada vez se encaminan más hacia las aventuras exclusivamente narrativas, dejando a un lado las mecánicas jugables.

Aquello que sentimos manejando el tiempo con Max, teniendo cuidado de hasta donde retroceder y con el canguelo metido en el cuerpo, no hemos vuelto a sentirlo en ninguna entrega de LIS; no nos da la sensación de que nuestro “poder” tenga una implementación mecánica que sea decisiva según nuestra habilidad, solo está ahí para el correcto desarrollo de la historia.

Es decir, con Alex nos limitaremos a caminar por el pueblo, realizar las tareas que nos piden para avanzar en la trama y recabar información interactuando con personas y objetos. A pesar de ello, en este caso la habilidad de la joven es muy llamativa, útil y satisfactoria de utilizar, aunque nos proporciona mucha más información de la que “deberíamos” tener, dándonos cierta ventaja emocional respecto a otros protagonistas de la saga.

Luego está el tema de la toma de decisiones. True Colors es sin duda la entrega más lineal y cerrada en cuanto a ramificaciones de toda la saga. Es más, sentimos que ni siquiera son posibles esas ramificaciones a un nivel más allá de lo superficial; hay una única trama que nos quieren contar, encorsetada desde el minuto uno, y si bien en ocasiones tenemos la oportunidad de tomar alguna decisión “relevante”, éstas no van a influir en el final de la historia ni desencadenarán en una serie de hechos diferentes que hagan que merezca la pena rejugar el título. Seguro que recordáis que fue precisamente esto lo que hizo que LIS destacara por encima del resto de juegos independientes cuando la primera entrega salió a la luz, el poder que teníamos con nuestras elecciones y lo inmersivo que esto resultaba en un entorno real, humano y conocido.

Sin embargo, la historia que nos han contado, todo lo que tiene que ver con Haven Springs, sus personajes y lo que sucede en el pueblo, nos ha encantado. En serio, una historia muy bien narrada, que nos ha dejado un sabor de boca estupendo. Pero echamos en falta ese miedo a elegir mal, esas “consecuencias” que podrían ser trascendentales (Si lo que buscáis son tomas de decisiones que os dejen el corazón en un puño, nuestra recomendación es Road 96).

De los cinco capítulos, nuestro favorito ha sido el tercero. Una idea fantástica que fue trasladada con las dosis justas de epicidad, naturalidad, comedia, y humanidad. Incluso diríamos que es de los mejores capis de LIS que hemos jugado, sobre todo porque si sois fans de la saga, ya conoceréis al personaje que lo organiza, y sabréis un poco de qué irá el asunto, lo que lo hace aún más especial. Un guiño maravilloso al mundo friki. 

El resto de capítulos también han sido muy de nuestro agrado a nivel narrativo, ha tenido varias sorpresas y giros que no esperábamos, y en general hemos disfrutado de cada uno durante aproximadamente una horita y media, con lo cual la duración del juego nos ha parecido bastante aceptable.

Entrando un poco en aspectos técnicos, True Colors presenta una notable evolución en lo que al aspecto visual se refiere. El entorno del pequeño pueblito en el que se desarrolla la historia es precioso hasta decir basta, además de contar con escenarios plagados de pequeños detalles en los que ensimismarnos. Sin embargo, es el entorno más limitado hasta ahora en la saga, apenas podremos movernos en un puñado de locales y la calle principal, y a su vez dentro de ellos solo se nos permitirá interactuar con algunos objetos o personas.

El hecho de que sea «a cielo abierto» nos da una falsa sensación de libertad, pero lo cierto es que si contamos las zonas jugables, se queda algo cojo respecto a los demás títulos de la saga, donde teníamos mucha más variedad de escenarios. Es más, la inmensa mayoría de los objetos con los que interactuamos tienen el único fin de ampliarnos el lore, solamente serán de utilidad aquellos que sirvan a la trama, y estarán debidamente señalizados.

A nivel expresivo, nos quitamos el sombrero. Por fin han implementado capturas faciales, algo que considerábamos imprescindible en unos juegos cuyo punto fuerte es mostrar las emociones a flor de piel, y Alex Chen goza de una cantidad de gestos tan amplia, natural y perfecta que casi sentíamos que la teníamos delante. Hemos podido deleitarnos con sus medias sonrisas, sus gestos involuntarios, sus guiños… También hemos disfrutado mucho de esta característica en otros personajes, la verdad es que leer las líneas de diálogo mientras veíamos cada pequeño cambio en los rostros ha sido una delicia.

Otro aspecto importantísimo en la saga LIS siempre ha sido la música. En True Colors no es para menos, y la verdad es que nos ha gustado bastante la selección de temas que se muestran a lo largo de la historia y la importancia que tiene para el pueblo la tienda de discos y la emisora de radio. Eso sí, en nuestro querido capítulo 3, sentimos que la BSO perdió fuerza respecto al resto de la trama. Pero en general, ha estado balanceada y coherente a nivel emocional con las sensaciones que nos estaba transmitiendo el momento.

Así que ya veis, diríamos que es un estupendo juego narrativo, pero desde luego se queda muy atrás en lo que nosotros consideramos fundamental en un Life Is Strange. ¿Lo recomendamos? Si, sin duda. Es una experiencia muy entretenida que merece ser disfrutada, pero teniendo en cuenta que nos ceñiremos a un guion muy lineal con poco margen de maniobra.

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