Home Reseñas [Reseña] Downton Abbey

[Reseña] Downton Abbey

by Déjense Ver
Tiempo de lectura: 8 minutos

Sinopsis & Ficha Técnica

Ambientada en 1912, en una mansión de la campiña inglesa y abarcando un periodo que cubre desde la Primera Guerra Mundial hasta el comienzo de los años 20, Downton Abbey narra la historia de una complicada comunidad. La casa ha sido durante generaciones el hogar de la aristocrática familia Crawley, pero también donde sus sirvientes viven, hacen sus planes y sueñan. Algunos son fieles a la familia y muy entregados al modo de vida de Downton, otros se marchan buscando una vida mejor, amor o simplemente aventuras. La gran diferencia reside en que mientras ellos conocen muchos secretos de la familia, la familia sabe muy poco de ellos. Las vidas entrelazadas de los Crawley y su servidumbre se ven alteradas por las tempestades de la guerra y cuando finalmente llega la calma, ¿habrá cambiado el estilo de vida que conocían para siempre? En este ambiente en continua evolución nada es seguro, pero bien podría pasar que los Crawley incluso lucharan por salvaguardar su amado Downton. 

  • Título original: Downton Abbey
  • Año: 2011
  • Episodios: 52 + 1 Película
  • Temporadas: 6
  • Duración: 60 min / Ep.
  • Género: Drama de época
  • País: Estados Unidos
  • Dirección: Michael Engler
  • Guion: Julian Fellowes
  • Música: John Lunn
  • Fotografía: Ben Smithard
  • Productora: Focus Features
  • Reparto: Hugh Bonneville, Michelle Dockery, Maggie Smith, Joanne Froggatt, Kate Phillips, Imelda Staunton, Simon Jones, David Haig, Tuppence Middleton, Stephen Campbell Moore, Allen Leech, Elizabeth McGovern, Sophie McShera, Laura Carmichael, Phyllis Logan, Rob James-Collier, Jim Carter…

Tráiler

Reseña

Downton Abbey es de visionado obligatorio si os gustan las series de época. Nosotros la teníamos pendiente desde hacía mucho, hasta que un día cayó en nuestras manos el pack completo en Blu-ray en un Black Friday de Media Markt. Quisimos ponernos al día cuando nos enteramos del estreno de la película este 20 de septiembre, así que durante el verano hemos ido haciendo un pequeño maratón para que nos diera tiempo a terminarla el finde del estreno.

A veces nos encanta ver series a destiempo, porque descubrimos el origen o la participación de actores a los que seguimos en la actualidad, ya sea en el ámbito del cine o de las series. Ejemplos de ello son Maggie Smith (Mc Gonagall en Harry Potter), Theo James (Cuatro en Divergente), Iain Glen (Jorah Mormont en GOT), Rosie Leslie (Ygritte también en GOT), Lily James (Cenicienta en el Live Action), Edward Speleers (Eragon) o Jessica Brown-Findlay (Black Mirror). ¡Nos encanta verles en otros registros!

Para comprender la complejidad de esta serie, es necesario diferenciar a los personajes en tres grandes grupos: Por un lado la familia Crawley/Grantham, por otro la servidumbre, y para finalizar un sinfín de personajes secundarios de distintas clases sociales, que influyen en la vida de los dos primeros, en mayor o menor medida. Dentro de cada uno de estos grupos hay decenas de personajes, por supuesto, todos ellos importantes, aunque el peso de la serie cae, en lo referente a la nobleza, en el matrimonio que ostenta el mayorazgo, las tres hijas, y la madre del conde. Es decir, Robert, Cora, Mary, Edith, Sybil y Violet respectivamente, para que tengáis claro a quién nos referimos a lo largo de la reseña.

Vamos primero con las pinceladas generales de nuestras impresiones respecto a la serie, ya que hay aspectos en los que nos gustaría profundizar más adelante. En líneas generales es una buena historia, memorable y con momentos verdaderamente emocionantes, pero que flojea mucho en su punto intermedio. Las tres primeras temporadas son extraordinarias, encontramos humor, drama, cortejos e intrigas en una excelente combinación. La cuarta y la quinta diríamos, siendo generosos, que no están a la altura en absoluto, mientras que la sexta y última vuelve a recuperar parte del encanto de la familia Crawley. Este “desliz” impide que Downton Abbey nos parezca una serie sobresaliente, porque por lo demás lo tiene todo: un vestuario de ensueño, unas localizaciones de lujo, un trabajo de ambientación y documentación espléndido y un elenco variado y de lo más original.

En cuanto a la trama, comenzamos en una fecha muy significativa para la sociedad de la época: el hundimiento del Titanic, que ocasiona la pérdida del heredero directo y sume a la familia en un desesperante caos. Aquí empezamos a atisbar a personajes deliciosos como Bates, aunque nuestra favorita de principio a fin es sin duda la prima Violet, madre de Robert, y conocida por muchos por su papel en la saga Harry Potter como profesora McGonagall. Hablamos nada más y nada menos que la grandísima Maggie Smith, una actriz como la copa de un pino que hace suya cada escena que protagoniza. Maravillosa.

Otro personaje que “nos llegó a la patata” es Carson, el impasible mayordomo, encargado de que todas las cenas y celebraciones salgan a pedir de boca en la mansión. Conservador hasta decir basta, hace falta salirse poco de lo habitual para que a sus ojos se forme un auténtico escándalo. Como muchas personas hurañas, guarda un gran corazón en su interior, y demuestra capítulo a capítulo su adoración y su lealtad hacia la familia.

Pero no penséis que son las únicas piezas destacables del engranaje que mueve a esta gran casa, lo cierto es que la mayoría de los personajes tiene su aquel, y les cogeremos cariño o antipatía con rapidez, según vayan sucediéndose sus acciones a lo largo de las temporadas. Incluso podemos llegar a odiar a aquellos que adorábamos al principio. ¡La vida da muchas vueltas!

Algo que debemos alabarle a Downton Abbey es su naturalidad, lo bien que han logrado plasmar el fluir de los tiempos. La suplantación de candelabros y chimeneas por la electricidad, la llegada del teléfono, de la radio, los vehículos, el pequeño electrodoméstico… Nos mostrarán la “conversión” de una familia inglesa tradicionalista, de acomodada posición, que tendrá que ver cómo su casa y su corazón deben evolucionar con el paso de los años. No pueden permanecer ajenos a los problemas que afectaban a la sociedad de principios del siglo XX, y por supuesto deben implicarse al máximo en la Primera Guerra Mundial y adaptarse a los grandes cambios que trajo consigo. Acoger el progreso será uno de los grandes retos de los Crawley.

Otro aspecto que merece ser mencionado, por encima de los demás aspectos artísticos y técnicos de la serie es el vestuario y su relación con cada personaje, además de la simbología que se le puede aplicar a cada uno de ellos. Ya no solo es su elegancia, su perfecta temporalidad o lo precioso de las piezas, sino el hecho de que cada mujer tiene una gama de colores única.

Cora utiliza siempre colores suaves y con mucha carga de blanco, excepto cuando se decanta por tonos neutros como grises, marrones suaves o algún que otro azul marino. Esto le aporta madurez y confianza al personaje.

La prima Violet se decanta por grises y malvas, haciendo alusión a la antigüedad y al tradicionalismo. Isobel Crawley gusta de los azules, turquesas y lavandas, en tonos pastel apagados y cargados de gris cromático; colores todoterreno, como ella.

Respecto a las 3 hermanas, Mary usa vestidos rojos, granates, fucsias, negros, dorados y plateados, a veces combinados con blanco hueso en camisas y accesorios. Esto refuerza su duro carácter y su frialdad. Edith destaca por usar tonos neutros, amarillo pastel, salmón, rosa apagado o teja cuando está en la casa, símbolo de su inferioridad respecto a Mary, además de plasmar su inocencia. Cuando sale al exterior la cosa cambia por colores teja vivos, azules más intensos o incluso algún marrón o beig muy elegante. Sybil por su parte utiliza muchos azules combinados entre sí con grises y tierras, mostrándola atrevida y pulcra al mismo tiempo. ¡Tanto, que incluso encarga unos pantalones!

La madre de Cora, como buena americana, gusta de ser el centro de atención con osados estampados en colores naranjas y rojos intensos. Rose, por su parte, viste mucho de turquesas, rosas o celestes, colores relacionados con la infancia, no por nada es de los personajes secundarios femeninos más jóvenes e inocentes.

Sin embargo, hay un par de aspectos negativos que nos parece necesario mencionar. Como en toda producción con un elenco tan numeroso, es normal que los actores entren y salgan, que se incorporen nuevas caras y otras se vayan. Pero la impresión que nos ha dado al ver Downton Abbey del tirón es que el equipo creativo no sabe lidiar con las bajas imprevistas, algo que sucedió con personajes muy importantes al final de la tercera temporada por «diferencias insalvables», y que ocasionó la caída de nivel en las dos temporadas siguientes, rizando el rizo sin motivo y elevando al personaje de Mary a un escalón demasiado mezquino incluso para ella. No solo no le sacan partido a la despedida de determinados miembros de la familia o del servicio, sino que estropean a los que quedan atrás, empañando la imagen que guarda de ellos el espectador.

Otro aspecto que no nos terminó de convencer es la repetición de esquemas, intentaremos explicarnos sin entrar en spoilers. Imaginemos que un personaje sufre determinado golpe durante la serie, y que se repone. Tiempo después, utilizan esa misma causa para implicar a otro personaje totalmente distinto en una vivencia similar, con idéntico resultado. En ocasiones llegan a ser de lo más predecibles en lo que a un personaje se refiere, hay muy pocos o ningún giro de guion para cualquiera que haya visto 10 o 15 series en su vida. Está claro que el nivel de este tipo de ocio ha aumentado muchísimo en los últimos años y tenemos que ser conscientes de que estamos ante un producto del 2010 – 2015, pero aun así peca de falta de originalidad en la resolución de algunos conflictos.

Entrando en el tema de diseño, nos parece de muy poca calidad la identidad gráfica de la serie. Unos montajes bastante mejorables, usados como carátulas o pósters en cada temporada, donde las escalas no tienen ningún sentido y donde las herramientas de sombreados y de integración con el entorno se usan de forma muy pobre. Con la cantidad de estampas preciosas que ofrece la serie, podían haber dado mucho más.

La banda sonora, con unos acordes muy característicos, nos resulta un poco repetitiva. Es cierto que es una parte fundamental de la ambientación, pero cuando no es la protagonista, lo son los sonidos ambiente clásicos de “intriga”, “peligro” o “amorío”, así que deja poco lugar a la imaginación y a los mencionados giros de guion. Los mismos acordes capítulo tras capítulo, teniendo en cuenta que ya se usan durante la cabecera, pueden llegar a ser monótonos. Y más aún si la serie se visiona en “modo maratón”, como fue nuestro caso.

Como curiosidad, y ya que hablábamos de la presencia de Maggie Smith en la saga Harry Potter, hay algo más que tienen en común: El Castillo de Alnwick, utilizado en la sala del joven mago como lugar de prácticas de vuelo en La Piedra Filosofal además de otras escenas, mientras que en Downton Abbey se le conoce como el castillo de Brancaster, y hace aparición en dos especiales de Navidad. Es un castillo accesible a nivel turístico, así que si hacéis una ruta por la zona ¡no os lo perdáis!

La película

Tal y como comentábamos al principio de la reseña, uno de los motivos que nos llevó a ver Downton Abbey fue conocer el estreno de su película este pasado fin de semana.

Como producto, está pensado para reencontrarse con los personajes que ya habíamos conocido años atrás. Es la verdadera magia y el auténtico motivo de acudir al cine a verla, en realidad. A nosotros, a pesar de que nos gustó mucho, nos pareció un capítulo más, con más metraje y más presupuesto, pero con una trama similar a lo que habíamos visto durante 6 temporadas.

En los primeros compases se encargan de recordarnos las particularidades de cada uno de los personajes principales (carácter, gestos, frases…) por tanto, a alguien que lleva la serie fresca esta primera parte puede resultarle algo lenta. Sin embargo, para quienes disfrutaron la serie en su momento, el mero hecho de escuchar los característicos acordes y ver el camino de grava blanca de la mansión supone una gran emoción.

Una vez pasada esta introducción, la historia se vuelve muy entretenida, se hace amena e incluso divertida, con más de un golpe de humor estupendo, sobre todo de manos de nuestra querida prima Violet. Eso sí, no esperéis ver mejores escenas que las mostradas en el tráiler, pues como es costumbre hoy en día, nos dan en pequeñas píldoras los instantes memorables del largometraje, logrando que pierdan parte de la gracia. Esto no quiere decir que no la disfrutáramos, ni mucho menos, pero quizás habríamos preferido sentarnos en la sala sin conocer nada de la trama.

Si os ha gustado esta reseña, os invitamos a nuestra comunidad de Facebook Déjensever | Un rinconcito friki para las tardes de sofá. También podéis seguirnos en nuestra fanpage Déjensever. 

Tal vez te interese...

Leave a Comment