Sinopsis & Ficha Técnica
Years ans Years narra la historia de la familia Lyon a lo largo de quince años clave de la sociedad británica, repletos de convulsos cambios políticos, económicos y tecnológicos.
- Título original: Years and Years
- Año: 2019
- Episodios: 6
- Temporadas: 1
- Duración: 60 min / Ep.
- Género: Drama, Política
- País: Reino Unido
- Dirección: Russell T. Davies, Simon Cellan Jones, Lisa Mulcahy
- Guion: Russell T. Davies
- Música: Murray Gold
- Fotografía: Tony Slater Ling, Stephen Murphy
- Productora: BBC One – HBO – Canal+ – Red Production Company
- Reparto: Emma Thompson, Rory Kinnear, T’Nia Miller, Russell Tovey, Jessica Hynes, Ruth Madeley, Anne Reid, Jade Alleyne, Maxim Baldry, Sharon Duncan-Brewster, Andrew Joshi, Rachel Logan, George Bukhari, Mark Hugh-Williams, Zita Sattar, Tamar Baruch…
Tráiler
Reseña
¿Os acordáis cuando las noticias eran aburridas?
Drama familiar mezclado con una actualidad distópica… ¡Vaya pedazo de seriote! No sabemos cómo la habíamos dejado pendiente tanto tiempo, nos ha entusiasmado.
En su momento, se tachó a Years and Years de copiar a Black Mirror, y sentimos decirlo, pero más allá de una ligera similitud en la temática, no hay parecido alguno. Black Mirror trata un futuro algo más lejano, aunque posible, más centrado en la tecnología y en los avances de la sociedad. Además, cada capítulo es autoconclusivo y está protagonizado por diferentes personajes.
Sin embargo, Years and Years es “un viaje en el tiempo” a través de los ojos de una familia, que comienza en el 2019 y termina algo después de 2030. Durante esos años, veremos como la estructura social y económica se desmorona por completo a su alrededor, además de vivir duros golpes personales. Sinceramente, da mucho más miedo que Black Mirror, porque este panorama lo tenemos encima YA. Bancos que quiebran dejando a inversores y gente de a pie en la más absoluta miseria, el Brexit, ataques nucleares encubiertos, trabajos precarios, libertades cuestionadas, crisis de refugiados… ¿Veis por dónde vamos?
Black Mirror asustaba, sobre todo en episodios como Nosedive, porque vemos lo podrida que está la sociedad. Pero Years and Years nos muestra una realidad posible al 100%, casi una predicción exacta de lo que podría suceder de aquí a unos pocos años. Con otros nombres, otras caras, pero igualmente probable y peligroso. Así que no la veamos como “una copia” de la polémica serie, sino como una miniserie que llega para tomarle el relevo, y que en nuestra opinión, incluso la supera, porque BM tiene episodios muy buenos y episodios menos buenos, pero Y&Y forma un conjunto estupendo.
Es una opción perfecta para un maratón de fin de semana, sus 6 capítulos de apenas una hora de duración nos meterán de lleno en la historia de la familia Lyons, donde pronto encontraremos similitudes con nuestra propia estructura familiar o con la de algún conocido: La activista que pasó su juventud encadenada a un árbol, el banquero descontento con su vida, la chica discapacitada que ha logrado avanzar a base de echarle morro, el homosexual egocéntrico, la hija obsesionada con su identidad, la abuela que todo lo puede… Mejor dejamos que los conozcáis vosotros mismos, pero desde ya os decimos que la abuela es lo más. Casi nos recordó a Violet de Downton Abbey.
El pilar fundamental de Years and Years es, por tanto, la fuerza de los lazos sanguíneos. Y esto no está planteado al azar, para formar un nexo entre los personajes. Está formulado de tal manera que cada uno de los baches que pasen, cada una de las desgracias que les sucedan, podrían sucedernos a nosotros mismos, podrían pasar entre las cuatro paredes de nuestro hogar. Es todo tan realista que incluso es posible que ya hayáis sufrido muchas de sus penurias.
Con esto no queremos decir que sea un dramón de caja de pañuelos, ni mucho menos. Tiene incluso algunos momentos de humor, pero se centra en mostrar una realidad que continuamente pilla a los protagonistas de sorpresa. Es por ello que el titular de esta reseña no es otro que “¿Os acordáis cuando las noticias eran aburridas?”. Es una frase que nombran en un par de ocasiones durante la temporada, y es que no podría ser más cierto. Incluso hoy, con el panorama del coronavirus tal como lo tenemos, nos pasamos el día buceando en noticias. Cientos, miles de post y de telediarios pasan por nuestras retinas día tras día. Pero cuando todo va “bien” las noticias son ignoradas, meros ruidos de fondo mientras planchamos y preparamos la cena.
Aquí sucede lo mismo, pero enfocado fundamentalmente a la política (que al fin y al cabo es el pilar de la sociedad), a ese sistema corrupto y penoso que nos gobierna. ¿Quién diría hace unos años que Trump sería presidente de los mismísimos Estados Unidos? Las cartas están ahora en mano de la peligrosa candidata Vivienne Rook, magníficamente interpretada por Emma Thompson, esperando el momento perfecto para escalar hasta la cima del sistema junto a su partido de los cuatro asteriscos. Pronto veréis las similitudes con los partidos políticos de nuestro país y de todos aquellos países regidos por la “democracia”. Pone los pelos de punta.
Esta serie nos hace sentir culpables, es uno de los mejores ejercicios de concienciación social que hemos visto. Sabiendo que hay personas por encima de nosotros que, por supuesto, tienen más culpa del rumbo que está tomando la humanidad, nosotros preferimos hacernos a un lado, apartar la mirada y continuar con nuestra rutina, contribuyendo con ello a fomentar este sistema injusto y lejos de ser igualitario. Vivimos en una constante seguridad que resulta ser falsa, pues amenaza con desmoronarse de un instante a otro, llevándonos a nosotros por delante.
Además, nos pone en las narices sucesos que normalmente “nos resbalarían”, como la llegada de una patera de refugiados, campos de concentración en pleno siglo XXI, la explosión de una bomba nuclear al otro lado del mundo… Lo que pasa es que aquí estas cosas las sufren nuestros personajes, nuestra familia ficticia, y por eso nos duelen. Sin embargo, nos mostramos impasibles cuando las noticias reales se llenan de sucesos de este tipo a lo largo y ancho del globo. Pero claro… No nos toca de cerca.
En el fondo de todo esto, como conceptos primitivos, tenemos el bien y el mal, el odio y el amor. Cómo la oleada de “energía negativa” se hace cada vez más grande según la alimentamos, como entramos en una espiral de la que es casi imposible salir. Sin embargo, en una sabiduría que solo da la experiencia y la vida, uno de los Lyons dice en una ocasión… “somos amor…” ¿Qué hay más real que eso?
Hablemos ahora un poquito del apartado técnico. El recurso que han utilizado para narrar los años menos relevantes, de forma rápida, resulta súper dinámico y nos permite enfocarnos en la trama cuando realmente importa, es decir, cuando el calendario para y nos dice: Ahora va a suceder algo. Ahora, mirad.
En cuanto al reparto, destacamos a Rory Kinnear, pues su balanceo de uno a otro lado de la línea, de cómo llegamos a entenderlo y odiarlo a partes iguales es digno de elogio. También nos ha parecido estupenda la naturalidad con la que tratan el panorama LGTB, lo agradecemos después de que últimamente no veamos sino tramas de este corte metidas con calzador en una historia que ni les va ni les viene.
La serie hace gala de una dirección maravillosa, donde parece que derrapa continuamente entre perder el control por completo y tomar la curva perfecta. Y vaya si es una curva perfecta. Si nos leéis desde hace un tiempo sabréis que no damos sobresalientes a la ligera, pero Years and Years se lo merece como la que más.
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