Sinopsis & Ficha Técnica
Majime es un vendedor sin éxito, pero su amor por la lectura y su dedicación, así como un título de postgrado en lingüística, hacen que los ojos de Nishioka y de Araki, editores de diccionarios, se posen en él para el proyecto de The Great Passage, un diccionario vivo con años de desarrollo.
- Título original: Fune wo Amu
- Año: 2013
- Duración: 134 min.
- Género: Slice of Life
- País: Japón
- Dirección: Yûya Ishii
- Guion: Kensaku Watanabe (Novela: Shiwon Miura)
- Idioma: Japonés con subtítulos al español
- Música: Takashi Watanabe
- Fotografía: Junichi Fujisawa
- Productora: Filmmakers, Little More Co
- Reparto: Ryuhei Matsuda, Aoi Miyazaki, Jô Odagiri, Kaoru Kobayashi, Go Kato, Haru Kuroki, Misako Watanabe, Chizuru Ikewaki
Tráiler
Reseña
Por recomendación de una amiga japonesa, estos días hemos estado disfrutando del “Japanese Film Festival Plus”, que se ha celebrado del 26 de febrero al 7 de marzo, y donde cada día han emitido diferentes propuestas de cine nipón en su plataforma online.
The Great Passage es un largometraje del que ya habíamos oído hablar, más bien por su adaptación al anime, aunque no habíamos visto ninguna de las dos. Aprovechando su presencia en el festival, nos animamos a ello.
Como la mayoría de largometrajes del país del sol naciente, nos muestra un ritmo y una narrativa lentos, con exceso de metraje a ojos de los occidentales, ya que hay muchas escenas que el cine de este lado del mundo resuelve de otra manera, sin tantas pausas o silencios. Sus dos horas quince minutos bien se podrían haber resuelto en 1:45 sin omitir nada esencial a nuestros ojos. Sin embargo, para los japoneses, esos silencios y esas pausas son clave en el entendimiento de los personajes y sus emociones, con lo que debemos intentar ponernos en su lugar y tratar de verlo a su manera.
Aun así merece la pena disfrutar de ella, es una película muy bonita, que trata varios aspectos de la sociedad japonesa y un tema muy poco visto, de los que hablaremos un poquito a lo largo de la reseña.
En primer lugar, nos sorprendió mucho el perfil del protagonista, un chico con clara personalidad asperger. Le cuesta comunicarse con sus compañeros de trabajo, no entiende del todo las bromas y no logra desempeñar su papel en la empresa en la que trabaja, por lo que es trasladado a un área mucho más acorde a su forma de ser: El departamento de diccionarios. Al mismo tiempo, nos encantó que la trama no se centrara solo en las “dificultades” que arrastra en su vida diaria, sino que es algo con lo que debe convivir e intentar superarse día a día, poniendo toda su alma en aquello que sabe hacer. Además, el nombre de Majime en japonés lo define a la perfección, una persona seria y meticulosa que siempre dará lo mejor de si.
Sabemos que la trama así, a grandes rasgos, puede parecer aburrida a primera vista. Sucede un poco como cuando se estrenó Gambito de Dama en Netflix, al principio la gente tenía la idea equivocada de que una serie sobre ajedrez no podría ser interesante o amena. Salvando las distancias, a The Great Passage le ocurre lo mismo: Nos mostrarán de primera mano cual es el proceso de creación de un diccionario desde cero, y aunque es cierto que nos tiene que interesar mínimamente el tema lingüístico para disfrutar de la película, es indiscutible que se trata de un procedimiento interesante, que requiere una dedicación total y muchísimos años de trabajo duro.
Hay que partir de la base de que no se trata solo de coger un grupo de diccionarios ya publicados y tomar de cada uno la definición que más nos guste para incorporarla al nuestro, sino que ellos buscan crear las definiciones desde cero, dando como resultado un diccionario vivo y en constante evolución. Nos plantean desde el inicio una pregunta muy interesante, que os animamos a responder a cada uno de ustedes: ¿Cómo definirías la palabra “derecha”, sin entrar en una definición circular? Es decir, no es válido definirla como “lo contrario a izquierda”, sino que debemos hacer entender al lector QUÉ es la derecha de algo.
Del mismo modo, hay que intentar incluir el mayor número de términos nuevos posible, y eso, teniendo en cuenta el momento en el que se ambienta el largometraje, que comienza en 1995 y va avanzando hasta aproximadamente 2009, supone una tarea titánica. El momento en el que la tecnología entra en auge, llegan un montón de palabras nuevas, los jóvenes adoptan su propia jerga, llegan infinidad de términos provenientes del extranjero… Y hay que buscar la manera de definir cada uno de ellos. Para realizar esa tarea, nuestros protagonistas siempre van con un tochito de “hojas de referencia” en el bolsillo, donde anotarán la palabra en hiragana / kanji o katakana, según corresponda, e intentarán darle la definición más completa posible. De verdad, nos ha resultado muy interesante.
También aprovechan esta modernización del lenguaje para incluir un toque cómico en el largometraje, con escenas en las que, por ejemplo, Majime y su jefe se sientan en un McDonalds a “escuchar” como habla la juventud, para captar nuevas palabras que incluir en el diccionario e intentar adivinar su significado por el contexto en el que las usan, dando lugar a momentos incómodos y graciosos, ya que deben fijar la mirada en los chicos y chicas que se sientan a su alrededor.
Por otro lado, también toca de forma algo más superficial la dificultad de la mujer para adaptarse a un entorno masculino, en este caso una chica que desea ser chef. Nos cuenta los distintos tipos de cuchillos que existen y para qué sirve cada uno con una pasión envidiable, que nos da ganas de tirar todos nuestros utensilios de cerámica baratos y hacernos con un juego de auténticos cuchillos japoneses. Al fin y al cabo, el único requisito indispensable para ser chef debería ser (además de seguir un criterio nutricional y sanitario) que tus platos resulten deliciosos para un gran número de gente, ¿no? ¿Qué más da ser mujer u hombre?
Esto, como decimos, se trata de forma más sutil que como lo hace el cine occidental, donde la reivindicación de este tipo de roles de género está a la orden del día, pero nos ha gustado ver que ya en 2013 se atrevían con este tipo de cosas al otro lado del mundo, en un país con unos cimientos mucho más machistas que los nuestros.
Por supuesto, no os vamos a contar si finalmente consiguen o no publicar “The Great Passage”, lo que si podemos adelantar es que el camino será largo, y no le faltarán baches ni imprevistos. Nos moveremos a lo largo de casi 15 años en la empresa, donde el personal va cambiando, algunos ascienden, otros se van, vienen caras nuevas…
Fune wo Amu nos deja muy claro el poder de las palabras, cine japonés en estado puro.
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