Home Reseñas [Reseña] Girls’ Last Tour

[Reseña] Girls’ Last Tour

by DéjenseVer
Tiempo de lectura: 5 minutos

Sinopsis & Ficha Técnica

La civilización está muerta, pero Chito y Yuuri siguen vivas. A bordo de su amada moto Kettenkrad vagan sin rumbo las ruinas del mundo que una vez conocieron. Día tras día, buscan su próxima comida y combustible para su transporte. Mientras las dos estén juntas, incluso una existencia tan sombría como la suya puede ser agradable.

  • Título original: Shōjo Shūmatsu Ryokō
  • Año: 2017
  • Episodios: 12
  • Temporadas: 1
  • Duración: 22 min / Ep.
  • Género: Ciencia ficción, Slice of Life
  • País: Japón
  • Dirección: Takaharu Ozaki
  • Guion: Kazuyuki Fudeyasu
  • Música: Kenichirou Suehiro
  • Productora: WHITE FOX

Tráiler

Reseña

Los animes del género Slice Of Life (momentos de la vida) son idóneos para disfrutar de ellos en según qué ocasiones. El año pasado nos enamoró por completo Yuru Camp, y empezando este 2019 quisimos ver Girls Last Tour. Cuál fue nuestra sorpresa al descubrir que se trataba del mismo director y del mismo estudio de animación que Goblin Slayer, el último anime que visionamos. Con más ganas aún nos pusimos a ello, y nos encantó.

Si habéis llegado a esta reseña sin saber qué es exactamente un anime Slice of Life, no os preocupéis que os lo explicamos enseguida: Se trata de contarnos sencillas vivencias, en las que no hay inesperados giros de guion, objetivos definidos, traiciones, enemigos poderosos o un villano como tal. No suele gustar mucho al público occidental porque es muy distinto a lo que suelen ver, parece que el hecho de que “no pase nada” no es posible, y siempre esperan ese “algo” que no llega. Pero sí que lo es, y es tan disfrutable como cualquier otro género, si sabemos encontrarle el momento adecuado. Esto no quiere decir que todos los Slice of Life sean buenos, ni mucho menos, pero sí que hay que aprender a apreciarlos.

Podemos tomarnos el visionado de Girls Last Tour de dos maneras: Disfrutar del viaje que emprenden Chito y Yuuri a través de los niveles de la ciudad en este mundo postapocalíptico y compartir con ellas cada nuevo hallazgo, o perdernos en las mil y una sutilezas, en la cantidad de conceptos que nos transmiten con solo una palabra, tan solo con un fotograma. Son capaces de tendernos la mano a sensaciones reales, como la dificultad de adaptarse a la luz tras un periodo a oscuras, el crujir de la nieve bajo las botas, la calidez de un baño caliente tras estar horas bajo la fría nieve…

Así que el componente contemplativo gana mucha potencia según pasan los 10 primeros minutos del capítulo 1, en muchas ocasiones encontraremos paisajes helados que nos dejarán sin habla, y que además podremos tomarnos nuestro tiempo para analizar. Poco a poco, el entorno se encargará de irnos ilustrando sobre los sucesos acontecidos en el pasado, de cómo la raza humana casi llega a extinguirse, aunque sin profundizar demasiado en ninguno de ellos.

El hecho de situarse en un futuro donde la época actual, es decir, nosotros, somos “la gente antigua” ya nos hace conectar al instante, pues nuestras protagonistas desconocen por completo cosas que para nosotros son de lo más ordinario. Una cámara de fotos, una radio o incluso el concepto de música les son desconocidos, y poco a poco iremos (re)descubriéndolos con ellas. Todo está tan bellamente construido en este anime de apenas 12 episodios, que no podemos sino recomendarlo a los que gusten del género.

El apartado visual y músical es uno de sus grandes pilares. La banda sonora no es sino una continua y armoniosa canción sobre el fin. El fin, en sí mismo, pero también el fin como comienzo, como reinicio del ciclo. Las canciones, que combinan melodías a piano con voces femeninas, transmiten esperanza, destilan incluso un cierto toque a villancico navideño. Pero no de esos alegres, sino de esos que despiertan el alma, de esos que nos hacen un nudo en el estómago. Nos recuerdan que lo importante es el camino, no el destino, y que por muy desastrosa que parezca nuestra existencia, debemos poner nuestro granito de arena en disfrutar de lo que la vida nos brinda. 

Por otro lado, el trabajo de animación de White Fox es extraordinario, si bien no destaca por su nivel de detalle o su realismo, sí que combina muy bien la apariencia chibi de ambas protagonistas con un entorno tan hostil, duro y metálico como el que nos muestran, haciendo uso de una paleta de colores fríos. Esta conseguida atmósfera se aleja de lo que esperábamos encontrar en una propuesta de corte postapocalíptico con elementos bélicos, pero resulta que funciona a las mil maravillas, por el tremendo contraste entre la dulzura de Chito y Yuuri y lo crudo de su ambiente. Al igual que sucedió con Made in Abyss, seguro que en más de una ocasión os sorprenderéis riendo a carcajadas gracias a sus divertidos gestos y muecas.   

Otro de los absolutos aciertos es el Kettenkrad, o cómo enseguida pasamos a denominarle, el “tanquito”. Permite que ambas protagonistas se muevan por vastos entornos en periodos de tiempo relativamente cortos, así como proporcionarles un lugar donde guardar sus provisiones y material de supervivencia. Pero también añade una preocupación añadida: El combustible.

Hasta ahora parece una trama de lo más sencilla ¿verdad? Si y no. Como comentábamos anteriormente, si nos paramos a analizar las situaciones y los diálogos, encontraremos entre líneas dilemas éticos, morales y un trasfondo social en cada capítulo. Tan pronto no hablarán de religión, de qué es Dios, o incluso de la vida, como del sabor del chocolate o del queso, todo esto planteado de forma muy ligera, casi por casualidad.

Para terminar, nos gustaría hablar de Yuuri y Chito un poco más en profundidad. Han sabido crear buenas capas y matices en la personalidad de ambas. Sabiendo que la relación con otros personajes y con el entorno es prácticamente inexistente en Girls Last Tour, se han visto obligados a crear dos caracteres opuestos pero ricos en detalles, que nos permitan reír, empatizar e incluso enfadarnos con ellas.

Chito es la encargada de conducir el transporte, es la mente pensante, se le dan de pena las armas, teme a las alturas, pero adora los libros y el conocimiento que éstos contienen.

Por el contrario, Yuuri se muestra más alocada, más ingenua y más abierta a los cambios. Tiene buena puntería, por lo que es la encargada de encañonar el rifle cuando es necesario. Cuestiona continuamente todo lo que Chito decide, y mataría por su ración diaria de comida y una buena siesta.

En ocasiones somos testigos de cierto mal rollo entre ambas, como se hablan a veces con desprecio o se dan tortazos por haber tomado una decisión errónea. Aquí nos demuestran lo difícil que es convivir con una única persona cuando tu supervivencia está en juego, y seamos sinceros… Yuuri puede llegar a exasperar más rápido de lo que parece. Pero en el fondo, ambas saben que sin la otra no habrían sobrevivido, y ese tipo de amor es el que guía sus pasos. Sin rumbo, al fin y al cabo ¿Qué más da? Para dos chicas en un mundo repleto de “nada”, las experiencias y los sentimientos son la razón para vivir…

Si os ha gustado esta reseña, os invitamos a nuestra comunidad de Facebook Déjensever | Un rinconcito friki para las tardes de sofá. También podéis seguirnos en nuestra fanpage Déjensever. 

Tal vez te interese...

Leave a Comment