Sinopsis & Ficha Técnica
Inspirada en el personaje de Bram Stoker, el conde Dracula, que viaja de Transilvania a Londres para saciar su sed de sangre.
- Título original: Dracula
- Año: 2019
- Episodios: 3
- Temporadas: 1
- Duración: 90 min / Ep.
- Género: Sobrenatural
- País: Reino Unido
- Dirección: Mark Gatiss, Steven Moffat, Paul McGuigan, Jonny Campbell, Damon Thomas
- Guion: Mark Gatiss, Steven Moffat
- Música: David Arnold, Michael Price
- Fotografía: Tony Slater Ling
- Productora: BBC – Netflix
- Reparto: Claes Bang, Dolly Wells, John Heffernan, Joanna Scanlan, Morfydd Clark, Sacha Dhawan, Mark Gatiss, Jonathan Aris, Clive Russell, Catherine Schell, Nathan Stewart-Jarrett, Tim Ingall, Youssef Kerkour, Lujza Richter, Samuel Blenkin, Dilyana Bouklieva, Paul Brennen, Andrew Byron, Lily Dodsworth-Evans, Phil Dunster, Anthony Flanagan, Rob Horrocks, Anthony Kaye, Abdulla Majid, John McCrea, Sarah Niles, Sofia Oxenham, Natasha Radski, Joakim Skarli, Veronica Stanwell, Alec Utgoff, Patrick Walshe McBride, Cat White, Lydia West
Tráiler
Reseña
Drácula era uno de los estrenos que más esperábamos de este comienzo de 2020. Una miniserie de 3 episodios dirigida por Mark Gatis y Steven Moffat, el equipo de Sherlock, bien justificaba que nos pegáramos un buen maratón. Cada uno de los capítulos tiene la duración de un largometraje, una hora y media aproximadamente, lo que les permite desarrollar la trama y trabajar varias líneas argumentales. Tal vez hubiera sido más cómodo un formato de 6 episodios de 45 minutos, pero tampoco nos parece mala opción que rompan un poco el molde en este sentido.
En realidad, durante las primeras secuencias en el castillo, Drácula nos dejó un poco fríos, sobre todo por el inconsistente doblaje del conde, que tampoco nos convenció en su versión original. Nos formó una imagen más desaliñada y vulgar de él de lo que merecía, que tardamos bastante en dejar atrás. Esto, acompañado de los recursos visuales de serie B, el ritmo lento y un tinte demasiado clásico, no nos terminó de convencer. Pero ¡cómo cambió la cosa en los dos capítulos siguientes! Si estos primeros compases buscaban que nos sintiéramos cómodos en un ambiente conocido, en un lúgubre y mal iluminado castillo de Transilvania, desde luego logran sacarnos de nuestra zona de confort de un manotazo.
Aquí todo se transforma, con un par de giros inesperados y bien llevados (pero que se parecen demasiado sospechosamente a los elaborados en Sherlock) enlazando poco a poco aquellos aspectos que en el primer episodio habían quedado un poco descolgados, y formando una nueva imagen de Drácula, libre, moderna y de lo más entretenida. Si, estos dos episodios son también los que ofrecen los momentos más “diferentes”, donde más notamos la influencia de trasladar el modus operandi del detective a un conde igualmente irónico, sarcástico y estirado.
Es cierto que en cuanto al perfil del Conde Drácula como tal, éste se asemeja bastante al original literario, barriendo de un plumazo ese tinte romántico y dramático al que nos habían acostumbrado las primeras adaptaciones. Aquí vemos a un depredador acechando, esperando a su presa perfecta, a su prometida para toda la eternidad, sin importarle ni un ápice los sentimientos humanos, incluso burlándose de ellos mientras se regodea en su propia vanidad.
Además, Drácula no solo rejuvenece cuando bebe la sangre de sus víctimas, también adquiere ciertas “cualidades” relacionadas con aquellos a los que devora, con un perfil muy parecido a iZombie.
Llegados a este punto, ya habréis podido deducir que esta reinvención del vampiro no será del agrado de los puristas, pero como hemos comentado en otras ocasiones, para eso ya tenemos las obras clásicas. En nuestra opinión, ha sido una propuesta arriesgada, pero que cumple con lo que promete con unos planteamientos sólidos y bien llevados.
Claes Bang mejora a cada instante, lo que al comienzo nos pareció un personaje algo insulso acaba arrollando cada fotograma; según pasaban los minutos conectábamos cada vez más. Durante los dos últimos episodios, se muestra magnífico, un porte y una elegancia dignas de su título. Brillante y cautivador, no podemos definirlo de otra manera.
Pero lo mejor, sin duda, la monja. Poco podemos desvelar de la hermana Ágatha sin entrar en spoilers, pero resulta una delicia cada vez que entra en escena. Tiene unos diálogos espectaculares, que sin resultar demasiado recargados, realzan muchísimo a su personaje y lo llenan de matices. En concreto es la responsable de un par de revelaciones sobre el mito de Drácula que nos gustaron bastante, además de estar bien implementadas en la trama que nos muestran.
Eso sí, al igual que comentamos con The Witcher, sigue dejándonos atónitos la calificación por edad de Netflix. Drácula está catalogada como +16 ¿En serio? ¿Para qué quieren el +18? Sin embargo, si que encontramos un guiño, pequeño e ínfimo al personaje de Sherlock que nos encantó. ¡Ole!
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