Sinopsis & Ficha Técnica
Kenji, cuya hermana acaba de desaparecer, se ve ligado a un asunto de misteriosas muertes, aparentemente orquestadas por una secta dirigida por un tal «Amigo» y que busca el dominio del mundo. Lo más curioso es que el símbolo de la secta lo crearon Kenji y sus amigos cuando eran niños… Un thriller mítico de Naoki Urasawa, el creador de Monster, en formato de lujo.
- Autor: Naoki Urasawa
- Año: 2017
- Género: Seinen
- Editorial: Planeta DeAgostini
- Nº de tomos: 11
- Encuadernación: Kanzenban
- ISBN: 9788491465836
Reseña
No nos cansamos de decirlo, Naoki Urasawa es nuestro mangaka favorito. Hoy nos apetece recomendar una de sus obras, 20th Century Boys, que se ha estado lanzando en formato Kanzenban los últimos dos años y que en noviembre de 2019 terminó su publicación en España. Además, esperamos que a lo largo del mes de mayo (si no hay retrasos) tengamos por fin en nuestras manos el tomo único de 21th Century Boy, que le aporta a la historia un final más extendido y cuidado. Ya habíamos leído este manga en su primer formato, pero hemos aprovechado esta reedición para releerla y reseñarla.
Hablemos primero un poquito de esta preciosa edición. Ya de por si los formatos kanzenban ganan muchísima presencia en estanterías respecto a los formatos normales (Tankōbon), pero es que hay algunos que son una auténtica obra de arte. Nuestro favorito sigue siendo el de Fullmetal Alchemist, pero el diseño de esta edición de 20th Century Boys también es precioso.
Como es habitual, recopilan dos tomos en uno, con una curiosa combinación de colores. Cada portada lleva bocetado a uno de los personajes de la trama, dándole a esta colección de 11 tomos un toque único, que además nos ilustra en sus primeras páginas con un glosario de personajes y alguna que otra página a color espectacular.
Reseñar un manga como éste no es sencillo debido a lo complicado de su trama, aunque sí nos atrevemos a decir que posiblemente es el seinen más conocido en España de los últimos años.
Ahora bien… ¿Es en realidad de un seinen? La respuesta es “depende”. Está claro que su trama adulta, sus alusiones históricas, su dureza y la profundidad de los personajes casi nos obligan a catalogarlo como tal. Sin embargo, no deja de ser una extensa lucha del bien contra el mal, de la justicia contra la opresión, de un protagonista contra un antagonista. Y… ¿No es esa la premisa de un shonen?
Ahora sí, vamos a meternos en materia y hablar de la maravillosa trama que nos regala Urasawa. Se trata de una obra coral, donde los personajes se intercalan en distintos tiempos, en su edad infantil y en su edad adulta, con lo que casi podríamos decir que tenemos el doble de personajes entre nuestras manos. La maestría de Urasawa para hilar acontecimientos y dar pistas varios tomos más atrás de un hecho importantísimo en otro arco argumental posterior es mítica.
Por si fuera poco tener esto en cuenta, nos mete 4 o 5 líneas temporales distintas, recuerdos que aparecen en momentos determinados, detalles que parecían no tener peso se vuelven cruciales, o escenas que es necesario rememorar una vez más antes de seguir con la línea principal. Por suerte queda bastante claro cuándo hacemos el cambio de una temporalidad a otra, ya que nos lo indica plasmando la fecha en la viñeta, y muy pronto nos acostumbraremos al ritmo.
Algo que nos fascina de la obra de Urasawa, y en concreto de 20th Century Boys, es el respeto con el que trata a otros artistas. Más de una vez hace referencia a Osamu Tezuka con evidente admiración, pero es que no solo se detiene en alabar a otros mangakas, sino que no duda en nombrar canciones, grupos musicales, mangas o animes que tienen relevancia en el momento de la trama para los personajes, como si ellos mismos nos los estuvieran recomendando.
Con este mangaka no importa tanto el final de la historia, que de hecho no se caracteriza por ser explosivo, sino que trabaja la complejidad a lo largo de toda la trama. No encontraréis el giro final súper inesperado que le da la vuelta a todo lo que habíamos leído, no. Ya de por si cada capítulo está lleno de ellos. Lo verdaderamente importante es el camino, y así trabaja sus tomos, casi como si fueran “autoconclusivos”, mostrándonos un arco argumental que nos mantiene en vilo desde la primera hasta la última página, donde todo se va construyendo a nuestro alrededor para terminar con un cliffhanger espectacular.
Por ello, tal y como hemos mencionado en otras ocasiones, recomendamos leer su obra de seguido; es imposible mantener todos los detalles en nuestra cabeza si vamos leyendo en el momento de su publicación. Os aseguramos que se disfruta mucho más si ponéis el montón de tomos en vuestra mesilla de noche y los vais devorando día a día.
Hablemos un poco de la trama y de los personajes, aunque sería imposible mencionarlos a todos. A pesar de tratarse de una historia coral, el pilar fundamental es Kenji Endo. Por diversas razones regenta una tienda 24 horas junto a su familia mientras cuida de Kanna, la hija de su hermana, de la que no se sabe nada desde hace meses. Es un “apasionado” de la música que en cierto momento de su vida decide probar suerte cantando en la calle sus propios temas, acompañado de su vieja guitarra.
Uno de sus clientes de la tienda desaparece, y al ir a recoger las botellas de leche vacías a su casa tropieza con un símbolo que le resulta extrañamente familiar. Esta marca desencadenará la vorágine de la historia, pues Kenji empieza a contactar con todos sus amigos del colegio, a ver si alguno recuerda su significado.
En el grupo de compañeros tenemos a Otcho, Maruo, Donkey, Yoshitsune, Yukiji, Mon, Fukubee o Sadakiyo, entre otros que iremos conociendo más adelante. Y es en eso donde se apoya esta historia, en las vivencias infantiles del grupo de amigos que llegaremos a conocer muy bien a lo largo de las páginas, donde un misterioso personaje entrará en escena para poner su pasado, presente y futuro patas arriba.
Nos iremos moviendo, como decíamos, entre diversas líneas temporales, que van desde los años 70 y la famosa Expo de Osaka (donde a día de hoy aún se puede visitar uno de sus parques) hasta finalizar en el año 2015, pasando por el suceso clave en la historia, la “Nochevieja sangrienta” del año 2000, que cambiaría las vidas de nuestros protagonistas y de todos los habitantes de la Tierra para siempre.
¡Ay, pero qué corta y escueta se queda esta descripción! 20th Century Boys es más, mucho más. Esto es solo el comienzo. Decenas de personajes, cientos de historias secundarias entrelazadas con la trama principal… Veremos cómo los personajes van creciendo y evolucionando de manera literal, y las consecuencias que traen sus inocentes travesuras de la infancia una vez llegados a la edad adulta.
Como en toda gran historia, debe haber un villano, y en este caso está magníficamente construido. En él encontraremos “un símbolo”, algo que adorar que cambiará las leyes del mundo tal como las conocemos. Nos habla en cierta manera del poder de la fe y la religión, tanto o más que del valor de la propia amistad. Y es ahí donde Urasawa brilla, cuando toma conceptos cotidianos o superficiales y los mezcla de forma brillante, creando una historia que resulta tan ficticia como real.
Podríamos seguir escribiendo líneas y líneas sobre 20th Century Boys, pero de verdad que sería imposible recogerlo todo en una reseña. Os animamos a leer el primer tomo, y si os gusta, continuar con el resto de la historia. Lo recomendamos especialmente si os gustan las tramas “apocalípticas”, con giros de guion y muchos personajes; lo disfrutaréis de principio a fin.
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