[Reseña] El hombre invisible

Sinopsis & Ficha Técnica

Cecilia (Elisabeth Moss) rehace su vida tras recibir la noticia de que su exnovio, un maltratador empedernido, ha fallecido. Sin embargo, su cordura comienza a tambalearse cuando empieza tener la certeza de que en realidad sigue vivo.

Tráiler

Reseña

Desde que se lanzaron los primeros tráilers quisimos seguirle la pista a esta película. Contaba con Leigh Whannell, un director que ya nos había conquistado con “Upgrade”, y con la participación de Elisabeth Moss como protagonista, así que no podíamos perdernos el estreno, y la verdad es que no nos ha defraudado.

Aunque se trata de un remake de una novela que ha sido adaptada en algunas ocasiones al mundo de las series y el cine, siendo quizás la más conocida la de los años 30 de James Whale, en cierto modo se siente como un soplo de aire fresco en la cartelera actual.

Han sabido modernizar y adaptar la historia a los tiempos que corren (teniendo en cuenta su origen), haciéndola súper accesible para cualquier tipo de público, y logrando mantenerte en tensión e interesado durante sus más de dos horas de metraje, que se van en un suspiro.

A nivel conceptual, toca de forma bastante profunda las relaciones tóxicas, sobre todo gracias al auge de movimientos como #MeToo. Nos habla de cómo es posible que una persona sea totalmente anulada por otra, cuando ya no solo controla su forma de vestir, hablar o actuar, sino que llega a ser dueño de sus pensamientos y de su forma de ver la vida. También hace un estupendo llamamiento a la valentía, a que todas aquellas mujeres –y hombres- sometidos al maltrato físico o psicológico se atrevan a expresarlo, a seguir adelante. Es posible que por el camino encuentren muchos tropiezos e incluso que no crean su historia, pero la perseverancia y la valentía son claves. La novela de H.G. Wells queda moldeada estupendamente en las manos de Leigh Whannell, con un lavado de cara fantástico que funciona muy bien en la gran pantalla.

Tal vez la ocasión merezca que hablemos un poco más del hecho de que esta propuesta se trate de un remake, y aun así haya conseguido una buena acogida. Estamos acostumbrados a que los remakes o reboots no sean más que refritos (del mismo modo que sucede en el mundo de los videojuegos) con poco o nulo respeto por sus obras originales, que parecen proyectados a las prisas, cogiendo a veces sólo las ideas clave y tergiversando toda la historia y el planteamiento inicial. Por supuesto, existen excepciones que confirman la regla, y El hombre invisible es en cierta medida una de ellas, a pesar de que sus similitudes objetivas con la novela son anecdóticas. Como mencionábamos anteriormente, han sabido coger toda esa base y adaptarla a los nuevos tiempos, añadiéndole lo necesario para hacerla atractiva al público actual sin perder su esencia.

Esto es en gran parte debido a un estupendo reparto. Seguro que conocéis a Elisabeth Moss por su magnífico papel en El Cuento de la Criada (Handmaid’s Tale), y aunque aquí repite el rol de mujer sometida al que nos acostumbró en la exitosa serie, quedamos muy contentos con su interpretación de Cecilia Kass, con la que empatizaremos al instante. Por su parte, los secundarios son lo suficientemente potentes como para que su historia se entremezcle hasta el punto justo con la de Cecilia, de forma que sus caminos se unan en determinados momentos. 

Algo que nos pareció un acierto fue la explicación que le dan a la invisibilidad, que por supuesto no vamos a mencionar para no entrar en spoilers, pero nos resultó coherente, bien llevado y con presencia en pantalla, además de ayudar a la resolución de los sucesos en el arco final.

A nivel técnico, tenemos tres aspectos que destacar: Por un lado, el partido que le sacan a las localizaciones sencillas, ya que la mayoría de la trama se desarrolla en habitaciones normales de una casa común y corriente, exceptuando alguna que otra que aporta belleza visual a ciertas escenas.

Por otro lado, la poderosa habilidad de Whannell para que los espacios vacíos palpiten, para que una simple silla vacía nos haga sentir la vibración que transmite, como si de un ente sobrenatural se tratara. 

Y para terminar, del mismo modo que sucedió en “Un lugar tranquilo” o “Birdbox”, este thriller hace muy buen uso del silencio para mantener el suspense y la tensión, dejando de lado (y menos mal) los sustos baratos de los cuales se abusa hoy en día, también conocidos como “jumpscares”.

El hombre invisible nos atrapará con un par de giros argumentales que, aunque algo predecibles, aportan bastante al conjunto y enriquecen la sensación con la que terminamos tras los créditos finales. Tenemos la impresión de que el director buscaba precisamente eso, que el espectador fuera un paso por delante de los hechos, un pequeño lujo que nos permite un mayor disfrute del clímax de la historia.

Eso sí, hay un par de cositas que nos chirriaron lo suficiente como para tenerlas en cuenta en la valoración, siendo la más importante de ellas el uso del smartphone. Como hemos mencionado, El Hombre invisible se desarrolla en la actualidad, y nuestra protagonista aparece en numerosas ocasiones móvil en mano, ya sea para pedir un Uber, ver alguna noticia o consultar algún archivo. Entonces… ¿Por qué demonios no es capaz de grabar ninguno de los episodios que vive, para aportar credibilidad a su versión de los hechos? Pues porque entonces la peli duraría media hora, y listo. Pero bueno, siempre podríamos haberle dado una vuelta y buscar una manera para corromper o inutilizar los archivos, o simplemente dejar el dispositivo sin batería, de forma que ella continuara quedando en evidencia. Un pequeño aspecto que podría haberse trabajado para que la película fuera aún mejor.

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