[Reseña] Spirit: El corcel Indomable

Sinopsis & Ficha Técnica

Spirit: El corcel indomable nos cuenta las aventuras de un joven caballo mustang osado y valiente. Cuando se encuentra con el hombre por primera vez, Spirit se niega a ser domado, aunque casi al mismo tiempo desarrolla una amistad especial con un joven guerrero lakota llamado Little Creek.

Tráiler

Reseña

Este peculiar largometraje de animación es sin duda una de las joyas de Dreamworks, junto a La Ruta hacia el Dorado, El Príncipe de Egipto o Shrek. Spirit: El corcel indomable, es uno de los pocos clásicos de la compañía que pueden conseguirse hoy en día en Bluray. Por desgracia, a pesar de necesitarlo muy mucho, la distribuidora no se ha dignado a traer a España muchos de los títulos en BR. Nosotros pudimos conseguir éste en versión alemana por Amazon, la única que trae castellano. También puede disfrutarse en Netflix, en bastante buena calidad.

Hans Zimmer toma el mando de la banda sonora de Spirit, que resulta uno de los pilares fundamentales, y nos conduce de forma clara a través de la historia, manteniendo siempre el tempo con una calidad digna de sus mejores trabajos. Las canciones, por su parte, son muy pegadizas tanto en español como en inglés, con unas letras trabajadas y con mucho sentido en el contexto, pues son las que funcionarán, en parte, como los pensamientos de nuestros compañeros equinos.

Una película de animación que personifique a los animales ya es un riesgo, el listón está demasiado alto con títulos como El Rey León, que nos narran sucesos totalmente posibles en un entorno salvaje y propio de su especie. Sin embargo, en ese terreno neutral en el que dominan los relinchos (doblados por caballos reales) y las expresiones faciales, Spirit se desenvuelve perfectamente, resultando tan claros sus silenciosos diálogos como si la escena tuviera subtítulos.

Es sorprendente la expresividad que han logrado otorgarle a los rostros de los caballos, totalmente humanas y reconocibles, pero sin perder ni un ápice de la libertad y la nobleza que caracteriza a estos preciosos animales.

Otro aspecto a destacar son los paisajes, impresionantes de principio a fin. Una calidad de dibujado excelente, con grandísima fidelidad a la zona geográfica donde se desarrolla, además de un tratamiento del color exquisito.

¿Y lo difícil que tiene que ser animar a todos esos caballos corriendo? Los vemos implementados en el paisaje en todo momento, en situaciones en las que hemos visto fracasar otros títulos similares. Exceptuando al grupo protagonista, el resto de caballos tienen un aspecto bastante random, para lograr que los principales destaquen, pero la animación de todos ellos está igual de cuidada.

Sobre la historia… qué decir. Después de unos minutos iniciales muy cómicos y naturales, veremos crecer a nuestro compañero de un modo predecible y típico, (tal vez es lo peor de la cinta, por ponerle un “pero”) donde nos muestran una escena siendo aún potrillo, y tras un fundido, ha crecido y se ha convertido en un precioso y saludable Mustang adulto. Es un recurso bastante utilizado, visto en Tarzán, El Rey León, Eragon… Pero bueno, eso no desmerece en absoluto el resto del largometraje, cuya historia resulta cercana, profunda y vertiginosa.

Si, vertiginosa. Nuestro indomable corcel apenas tiene descanso, continuamente le ocurren cosas que cambian el rumbo de su apacible vida en la llanura. Precisamente por eso la película se va en un suspiro, apenas da tiempo a tomarse una escena con calma. Las situaciones se suceden en una perfecta sincronía de tiempo y espacio, en ningún momento veremos despropósitos tales como que tarde tres días en llegar de un lugar a otro y la vuelta pueda hacerla en solo unas horas. Este aspecto está muy cuidado en la película, pues sus tiempos tienen gran importancia en el desarrollo de la trama principal.

La relación que el caballo construye con Little Creek es auténtica, vemos como el chico respeta profundamente los deseos de su compañero, sin obligarle ni someterle en ningún momento. Una verdadera amistad que supera las barreras de la distancia, y de la que ambos aprenderán mutuamente.

En cuanto a los aspectos conceptuales, Spirit: El corcel indomable trabaja concienzudamente el sentimiento de libertad y lealtad, que nos acompaña durante todo el largometraje. También muestra la dura rutina de los caballos que han sido capturados en los ranchos, a los que domarán y someterán de malas maneras, para después obligarles a realizar trabajos pesados, una forma de vida desde luego alejada de la que deberían tener.

Por supuesto, hay otros aspectos a destacar de la historia, pero son parte de la sorpresa y la magia de Spirit: El corcel indomable, así que nos los vamos a reservar 😉 Si os fijáis, en ningún momento nos hemos referido al caballo por su nombre a lo largo de toda la reseña, porque creemos que es una de los momentos con más fuerza de la película, y queremos que cada uno lo disfrute a su manera.

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