[Reseña] Chernobyl

Sinopsis & Ficha Técnica

El 26 de abril de 1986, la Central Nuclear de Chernobyl, en Ucrania, sufrió una explosión masiva que liberó material radioactivo en Ucrania, Bielorrusia, Rusia, así como en zonas de Escandinavia y Europa Central. La serie relata, desde múltiples puntos de vista, lo que aconteció en torno a una de las mayores tragedias en la historia reciente, así como los sacrificios realizados para salvar al continente de un desastre sin precedentes.

Tráiler

Reseña

Cuando todos pensábamos que cancelaríamos la suscripción a HBO tras la polémica temporada final de Juego de Tronos, la cadena nos sorprende con esta miniserie, que nos mantuvo enganchados semana a semana durante más de un mes.

Se trata de Chernobyl, sin duda una de las propuestas más crudas de los últimos años, que nada tiene que envidiar a los documentales más extensos y versados sobre la catástrofe. Para comenzar, queremos expresar nuestro agradecimiento a las productoras y cadenas que se atreven con proyectos de este tipo, cuando la ficción está tan a la orden del día, y estamos tan acostumbrados a todo lo que nos pongan frente a las narices, que una buena bofetada de realidad nos viene más que bien. Nos parece deleznable el comportamiento del ser humano en aquella primavera del 86, y poder experimentarlo desde este punto de vista ha sido muy enriquecedor.

Y es que a lo largo de los 5 episodios de esta miniserie seremos testigos de una brutal realidad, y contemplaremos con un sentimiento de impotencia creciente, cómo las mentiras y los ocultamientos toman las riendas de la información que se filtró más allá de Pripyat. Sin duda, una actitud que nos llevó, como especie, a vivir el mayor desastre nuclear de la historia. Y esto es algo que queda bien patente desde el minuto uno. Si algún espectador se había interesado poco por el suceso real por las circunstancias que fueran, os aseguramos que quedará irremediablemente atrapado entre dosímetros, boro, grafito, roentgen y camaradas con apellidos terminados en –lov en cuanto pulse el play.

A pesar de su fuerte componente “documental”, esta temporada ha tenido una enorme acogida en la comunidad seriéfila, entre los que por supuesto nos incluimos, porque no es para menos. Dentro del encorsetamiento de ceñirse a un hecho histórico tan demoledor, el elenco al completo nos deleita con unas actuaciones magistrales, y nos muestran unos escenarios que quitan el habla.

A nivel técnico y artístico, Chernobyl está más que bien cuidada. Un guion excepcional, que atrapa de principio a fin a pesar de su crudeza, que permite a todos los personajes ser ellos mismos cuando apenas tienen palabras para expresar lo que experimentan a su alrededor. Además de los escenarios escalofriantes que mencionábamos anteriormente, tenemos que destacar la ambientación general, la paleta de colores utilizada y la banda sonora, en especial esos acordes al final de cada capítulo, que parecían decirnos… “Pues si, así fue, por mucho que cueste creerlo”.

No os extrañéis si termináis el último episodio (que por cierto tiene unos créditos finales que no os podéis perder) compungidos y echando pestes sobre el ser humano y sobre las gestiones políticas y burocráticas que envolvieron todo este oscuro panorama. Decir que la cifra oficial de muertes es 31, además de ser mentira, es un insulto a los cientos de miles de fallecidos o afectados por cáncer a causa de la radiación, y eso no tiene perdón.

Es difícil conseguirlo, pero logran ponernos en el pellejo – ese pellejo enrojecido y lleno de pústulas – de todos y cada uno de los trabajadores de la central, y de todos aquellos que sufrieron las funestas consecuencias de la radiación, porque hablan con respeto desde la perspectiva de las personas afectadas; no es una serie sobre la catástrofe, sino sobre el infinito coste humano.

Nos gustaría terminar la reseña con uno de los datos más curiosos sobre esta serie: El creador y guionista de la serie es Craig Mazin, conocido en el mundillo por Scary Movie 3 y 4, SuperHero Movie o secuelas de Resacon en las Vegas… Nos parece un cambio de registro y calidad brutal, respecto a sus trabajos anteriores.