Sinopsis & Ficha Técnica
The Flame in the Flood se define a sí mismo como un simulador de supervivencia. Nos presentan un mundo actual, totalmente inundado tras un cataclismo, en el que tendremos que sobrevivir a las inclemencias del tiempo, a la fauna salvaje y a los peligros que nos acecharán en cada parada, además de cuidar nuestra seguridad mientras viajemos en la balsa, río abajo.
Este título se desarrolló gracias a una campaña de crowfunding en Kickstarter, en el que varios creadores con otros títulos a sus espaldas como Bioshock o Halo decidieron unir fuerzas bajo el nombre The Molasses Flood.
- Año: 2017
- Género: Roguelike / Aventura / Supervivencia
- Jugadores: 1
- Desarrollo: The Molasses Flood
- Idioma: Textos Español
- Duración: 7 – 10 Horas + modo Infinito
- Plataformas: Nintendo Switch / PS4 / Xbox One
- Jugado en: Nintendo Switch
Tráiler
Reseña
Poco más de media hora. Eso es lo que nos hizo falta para fracasar estrepitosamente en nuestra primera travesía de The Flame in the Flood. Nos mordieron las serpientes, se nos infectó una herida con espino, contrajimos difteria y acabamos mordiendo el polvo. No os preocupéis, morir en este juego es de las cosas más normales, pero tal vez sea uno de los títulos en los que más nos fastidia. Por eso, al final de esta reseña os dejamos nuestra propia guía de supervivencia, por si os apetece leer un par de consejos.
El objetivo es llegar al final de un inmenso río dividido en 10 zonas, a bordo de nuestra balsa y con nuestro perro, (que podrá ser Esopo o Margarita) como única compañía, y sobrevivir en el intento. Cada parada, cada decisión sobre qué curso del río tomar puede ser vital para avanzar en la partida, o puede costarnos la muerte. A lo largo del torrente podremos encontrar distintos tipos de muelles, con zonas más o menos peligrosas: Campamentos que aseguran una fogata, iglesias con medicinas, estaciones de reparación de balsas o centros de trabajo para mejorar nuestras herramientas, tiendas de pesca, licorerías o la naturaleza más salvaje e inhóspita. En la mayoría de los casos acechará el peligro, ya sea en forma de depredadores, feroces jabalíes, venenosas serpientes, hormigas o matorrales puestos a mala baba.
A diferencia de otros títulos del género, como Don’t Starve o This War of Mine, donde debemos centrarnos construir un fuerte impenetrable o una posición de poder y defensa donde subsistir de manera relativamente tranquila, y poder hacer frente a los peligros que vayan surgiendo, en este caso nada de todo eso tiene sentido. Solo estaremos nosotros, el perro y la balsa, y lo que podamos llevar a cuestas. En este juego indie nos veremos obligados a ser nómadas, arrastrados por un interminable río, que dictará nuestra supervivencia.
The Flame in the Flood hay que tomárselo con calma, y tener en cuenta que retroceder no es una opción, pero a veces empezar desde un punto anterior puede ser hasta positivo, por mucho que nos frustre. Al principio tendremos un espacio mínimo para llevar nuestras cosas, y seguramente querremos hacer de todo y no contaremos con los medios necesarios. Paciencia, la verdad es que los recursos no escasean, pero sí que hay que administrarlos muy bien y elegir sabiamente nuestras paradas. En cuanto a lo de empezar desde el último punto de control una vez hayamos muerto, puede servirnos para enfocar mejor la zona. Aunque cuidado, las paradas y la forma del río se generan de forma procedural, y los recursos que encontraremos en cada muelle no serán siempre los mismos.
Es un título que no cuenta con demasiadas fórmulas de creación de objetos, ni con recetas excesivamente elaboradas. Necesitaremos uno, dos o tres objetos como mucho para elaborar casi todos los elementos disponibles, pero habrá bastantes recursos que podremos usar para más de una cosa, con lo que de nuevo cobran muchísima importancia nuestras decisiones. ¿Para qué usar esa madera vieja? ¿Mejor emplearla en una mejora de la balsa que me permitirá tener refugio o calefacción a bordo, fabricar un parche de reparación porque estamos a punto de naufragar, o aprovecharlo para una fogata que llevar en el inventario en la próxima parada? Lo mismo sucede con muchos de los objetos y recursos de The Flame in the Flood. Tendremos que pensar como un verdadero superviviente, ponernos en la piel de nuestra protagonista y avanzar.
También nos amenazará una climatología adversa casi constante, en la que no faltarán los chaparrones que nos dejarán empapados al instante, disminuyendo nuestra temperatura corporal y obligándonos a refugiarnos hasta que pase la tormenta. Quedarnos demasiado tiempo en un sitio tampoco nos traerá nada bueno, una vez hayamos saqueado lo necesario y nos hayamos reabastecido, vale más que volvamos a nuestra pequeña balsa y continuemos la travesía.
Bueno, pero… ¿Y la historia? Estaremos tan ocupados intentando no morir de mil y una formas, que apenas tendremos tiempo para un argumento profundo. Y así es como lo han planteado los creadores, en determinadas localizaciones nos encontraremos con otros supervivientes, que nos contarán su situación y darán un poco de chicha a la trama, despertando nuestra curiosidad por llegar al final del río. También nos toparemos con unas cuantas colchas, que nos contarán anécdotas sobre los que habitaban esa localización en concreto.
Pero este no es el único aliciente, también tendremos misiones que nos darán bonificaciones. Podremos encontrarlas en los buzones azules, nos proporcionarán nuevos objetivos y podremos canjear las recompensas de misiones anteriormente completadas.
A nivel artístico y musical es un título original, interesante y muy bien resuelto. Su aspecto animado crea un atractivo contraste con las terroríficas situaciones que viviremos, siempre acompañados por una melodía a cargo de Chuck Ragan, con matices de folk y country, que en ocasiones nos dejará algunos temas con letra, y en otras será simplemente acústica, pero siempre muy bien implementada y en consonancia con los sonidos ambientales, que también están muy logrados. Aullidos, gruñidos, graznidos… todo ello de noche cobra otra dimensión, nos hace dudar ante cada paso, y a poco saldremos corriendo despavoridos hacia nuestra balsa.
Pero no todo van a ser bondades en The Flame in the Flood, el título presenta unas carencias bastante difíciles de pasar por alto, sobre todo cuando lo jugamos en modo portátil en Switch. El texto es demasiado pequeño, muchas veces se sale del espacio requerido y nos quedamos sin conocer la información completa, no nos dice qué prendas de las equipadas son mejores que las que llevamos, (aunque por lógica lo podemos deducir, es algo muy simple de mostrar que cualquier título con un mínimo de RPG posee) ni podemos crear un acceso rápido para fabricar trampas o cebos cuando nos veamos amenazados, a no ser que los tengamos fabricados de antemano, y esto puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte. Los menús son sencillos, pero tendemos que navegar por 5 de ellos, cuando necesitamos rapidez y soltura, no es demasiado práctico. La acción no se detiene mientras estamos consultando nuestra interfaz, con lo que muchas veces perderemos un tiempo precioso.
También sufrimos un bug bastante importante, que sucedió cuando morimos por ahogamiento justamente cuando aparecía un punto de control automático al llegar a una nueva zona del río. Al reanudar la partida, moríamos sin remedio una vez transcurridos unos segundos, y sin chocar con nada. Tuvimos que recuperar un punto de control anterior y avanzar de nuevo. Pero que estos pequeños detalles no os alejen de la idea de disfrutar de esta aventura, porque realmente merece la pena.
Extra: Guía de supervivencia
Hemos decidido incluir este apartado en la reseña, no es necesario que lo leáis si queréis afrontar la aventura por vosotros mismos, pero han sido pequeñas cosas que hemos ido descubriendo y que nos han sido útiles a lo largo de The Flame in the Flood, y que queremos compartir, por si podemos ser de ayuda.
- Tendrás acceso al almacén de tu balsa siempre que te encuentres en el muelle. Aprovecha para depositar las cosas que no necesitas llevar contigo.
- Deja en la bolsa de Esopo (o Margarita) los recursos y víveres fundamentales. Algo de comida, medicinas, agua y una fogata, porque si empiezas una nueva aventura o mueres antes de llegar al primer checkpoint, tu compañero conservará la bolsa.
- Nunca lleves tu bolsa ni la de tu compañero llenas, ya que necesitarás espacios para recoger lo que encuentres cuando explores una nueva zona.
- Los puntos de guardado automáticos son bastante escasos, pero dormir en las iglesias o en los campamentos te proporcionará un guardado extra.
- Extrema la precaución cuando vayas en balsa, cada golpe que recibas te acercará más a un ahogamiento seguro.
- Céntrate en mejorar el almacén de tu balsa en las primeras paradas de reparación, de esta manera podrás acumular más víveres y recursos. Después te recomendamos que optes por el refugio en la balsa y por la estufa, se volverán muy necesarios a partir de la mitad de la aventura.
- También ocúpate de mejorar tu inventario personal, aprovecha las primeras paradas en las que habiten conejos, para cazarlos, despellejarlos y elaborar faltriqueras que aumentarán de 4 en 4 los espacios disponibles. Si no lo mejoras desde un inicio, es probable que necesites los mismos recursos para otras cosas, y no encontrarás el momento de hacerlo.
- Utiliza sus pieles para ir fabricándote nuevas prendas. Conejos, jabalíes, lobos y osos serán los animales que te proporcionarán piel, y cada uno protege más que el anterior contra el frío.
- Desde el principio veremos cuervos, que si los espantamos, nos darán plumas. Al principio nos parecerá absurdo, pero son necesarias para las flechas más adelante. No las dejes atrás.
- Si necesitas un espacio tranquilo, donde organizarte y con un refugio totalmente seguro, dirígete a las tiendas de cebos, indicadas con un pez. Tendrás que poner tú la fogata, pero es una zona sin enemigos, y casi siempre te darán hierbas o troncos de árbol. También tienen siempre sedales y anzuelos, fundamentales para elaborar hilos con los que fabricar ropa.
- El agua es un recurso esencial para sobrevivir, pero normalmente la encontraremos contaminada. No escatimes en filtros, ni dejes ningún frasco atrás. Morir de sed es una amenaza constante.
- Siempre que tengas la oportunidad y sobre algo de agua, elabora un té de diente de león. Será eficaz contra las picaduras de serpientes, (si no, morirás al cabo de un día) y seguro que gastarás más de uno a lo largo de la aventura. El diente de león se suele encontrar en grupos y es una buena opción para una comida rápida si tienes varios, pero es mejor reservarlos para el té.
- Una vez hayas avanzado en la aventura, céntrate en fabricar nuevos cuchillos y martillos, si no te estancarás en los objetos iniciales y no obtendrás los recursos necesarios para seguir un día más cuando los osos y los lobos entren en acción.
- Cuando tengas una buena reserva de carne seca o cocinada para ti, dedícate a elaborar cebos envenenados, serán muy útiles contra los lobos.
- Ten siempre un par de trampas de lanza de reserva, para que cuando te salten las misiones de los lobos puedas llevarlas a cabo. (También puedes usar los cebos envenenados del punto anterior) Nosotros no tuvimos los recursos necesarios en la misión de Lobo Blanco, y no hemos podido completarla.
- Por su parte, la manera más efectiva que hemos encontrado de darle caza a un oso es la siguiente: Coloca dos trampas de lanza, lo más cerca posible que puedas de él, con un espacio entre ellas. Tírale una bomba de gas para aturdirlo y lánzale dos o tres flechas con el arco. Después, haz que te persiga por las trampas de lanza y habrá caído. Hemos comprobado que una sola trampa no es suficiente.
- El fuego atrae a las serpientes. Puedes usarlo en tu beneficio conduciéndolas hacia un jabalí para que acabe con su vida en dos picotazos. De lo contrario, cuidado con el fuego.
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