[Reseña] Toy Story 4

Sinopsis & Ficha Técnica

Tráiler

Reseña

Pixar nos ha regalado obras increíbles, pero con la que conquistó a muchos de sus espectadores y consiguió labrarse una reputación dentro de la animación digital, fue con Toy Story.

Hoy en día ya tenemos asumido el hecho de que tanto las series como películas de animación se realicen con técnicas digitales en lugar de las tradicionales, pero estos señores, con su “historia de juguetes”, consiguieron crear en 1995 la primera cinta animada en su totalidad con efectos digitales en la historia del cine, cambiando la industria para siempre. Ahora, después de casi 15 años desde su primera entrega, vuelven para tocarnos la patata una vez más. ¡Y de qué manera!

Tenemos que decir que desde el momento en el que se anunció la nueva entrega estábamos muy reacios, la sentíamos innecesaria. Si, dentro de nuestro ser ansiábamos más aventuras de los entrañables juguetes, pero para nosotros el final de la tercera fue tan, pero tan PERFECTO… Si creciste con la trilogía, es imposible que no te invadan diferentes sentimientos que nunca creíste que pudieras sentir al mismo tiempo. Toy Story 3 cerraba un ciclo y lo cierto es que nosotros no necesitábamos más.

Pero nos bastaron los primeros minutos para meternos de lleno en la atmósfera y disipar cualquier duda sobre su calidad, sintiendo de nuevo el mismo cariño y respeto por nuestros queridos personajes. Así que no, amigos, no estamos ante una innecesaria secuela de Cars, esto es Toy Story, esta licencia hay que mimarla, y Pixar lo sabe muy bien.

Nada más comenzar logran absorbernos por completo en la trama con una excelente escena en forma de flashback, que sirve tanto de introducción o recordatorio sobre las entregas anteriores, como para explicar una gran duda que surgió con Toy Story 3: la ausencia del personaje de Bo Peep. Y es que está tan bien montada y los sucesos tan bien hilados, que fue inevitable dejarnos llevar para acompañar a Woody en esta nueva aventura.

A Woody, sí. Esta historia está más enfocada que nunca en el carismático vaquero, dándole menos peso a los anteriores personajes de la saga. Veremos como el pequeño Sheriff intenta adecuarse al gran cambio que ha supuesto en su vida de juguete el tener una nueva niña: Bonnie. Ya sea de manera consciente o inconsciente, le resulta imposible avanzar y dejar atrás a Andy; todo es nuevo, nueva niña, nuevos compañeros juguetes, nueva habitación, pero él es “perro viejo”, ya no es el “Juguete Favorito de Andy”, y no le resulta tan fácil asumir este rumbo.

Pero no olvidemos que esto es una historia de juguetes, así que, a pesar de la carga protagónica de Woody, no podían faltar nuevos personajes, entre ellos una gran revelación. Hablamos, por supuesto, de Forky, el mayor acierto de la cinta. Ese tenedor – cuchara con limpiapipas y plastilina nos ha conquistado, arrancándonos cientos de carcajadas con su inocencia y su manera de actuar. Aunque no todo fue color de rosa… varias incorporaciones al elenco con estilo vintage lograron ponernos los pelos de punta. Mal rollo puro y duro, suponemos que a los más peques de la sala no les hicieron mucha gracia este tipo de muñecos.

Llegados a este punto de la reseña nos gustaría lanzar una pequeña reflexión: Todos sabemos lo grande que es Pixar en la industria de la animación digital, y lo bien que se le da “dotar de sentimientos” a criaturas y conceptos cada vez más enrevesados, tal y como hemos ido viendo con el paso de los años y los largometrajes. Sin embargo, han decidido apostarlo todo al personaje de Forky, que no es más que un juguete frágil, creado de la nada, salido por completo de la imaginación de Bonnie. Un DIY en toda regla.

¿Y por qué algo así nos llama la atención? Hablamos de una compañía, como mencionamos anteriormente, que supone un referente tecnológico en cuanto a animación digital. Y a la vez nos encontramos en la etapa donde los niños prefieren jugar y pasar su tiempo de ocio inmersos en dispositivos electrónicos, en lugar de con los clásicos juguetes de toda la vida.

Era muy fácil reiniciar la franquicia, darle a todo un sentido más tecnológico, más actual, pero resulta que Toy Story es atemporal, es humano, es imaginación… es magia. Y Pixar no lo ha olvidado, ni se ha dejado influenciar por los tiempos que corren. Agradecemos mucho que consiguieran volver a transportarnos a esos momentos de nuestra infancia, donde solo con un pequeño amigo “acabado de salir del horno” y nuestra imaginación éramos más que felices. Está claro que Toy Story 4 va dirigida a ese público. A nosotros. 

Puede que los niños de hoy en día no la disfruten tanto, sencillamente porque no son capaces de empatizar con su concepto, pero ya la animación hace tiempo que dejó de ser sinónimo de infantil, y mucho menos tratándose de Pixar y su don por materializar sentimientos.

Pero no todo va a ser perfecto, hay algo que podemos achacarle a Toy Story 4, y no es sino su falta de frescura. No podemos negar que presenta un esquema visto en anteriores películas de la saga: El juguete perdido, la aventura por su búsqueda, la importancia del juguete para un niño, la importancia de un niño para el juguete… Pero los nuevos elementos añadidos y las incorporaciones al plantel, además de su detalladísimo acabado visual, logran que queramos aplaudir hasta con las orejas.

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