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[Reseña] The Sinner 2: Julian

by DéjenseVer
Tiempo de lectura: 4 minutos

Sinopsis & Ficha Técnica

La temporada 2 de The Sinner nos lleva a un nuevo pueblo y un nuevo crimen: el de un niño capaz de matar a dos adultos con aparente indiferencia. El detective Ambrose se encargará de descubrir que la mente del pequeño Julian es el menor de los problemas en la localidad de Keller…

  • Título original: The Sinner 2
  • Año: 2018
  • Episodios: 8
  • Temporadas: 1
  • Duración: 45 min / Ep.
  • Género: Thriller, Intriga
  • País: Estados Unidos
  • Dirección: Derek Simonds, Antonio Campos
  • Guion: Derek Simonds
  • Música:
  • Fotografía:
  • Productora: Iron Ocean Films – Universal Cable Productions
  • Reparto: Bill Pullman, Carrie Coon, Elisha Henig, Natalie Paul, Hannah Gross, David Call, Jay O. Sanders, Adam David Thompson

Tráiler

Reseña

La premisa de The Sinner es la misma en ambas temporadas: ¿Cómo alguien es capaz de matar a otra persona a sangre fría? ¿Qué motivos, qué circunstancias la llevaron a ello? ¿Quién más está involucrado?

La primera temporada fue una de nuestras favoritas de 2017, y aunque ésta hemos tardado un poquito en verla desde su estreno, nos ha dejado sensaciones muy parecidas. No por nada la protagonista de los primeros ocho episodios, Jessica Biel, es ahora productora de la historia del pequeño Julian. Si os interesa leer la reseña, podéis hacer click aquí.

El hilo conductor entre los dos casos es el inspector Harry Ambrose, que regresa a sus orígenes, Keller, para esclarecer los sucesos que han acontecido alrededor de Julian y su familia, en esta ocasión un doble asesinato, que, al igual que la temporada anterior, ocurre sin que nos expongan los motivos, sin ninguna información acerca de cómo y por qué se cometió el crimen. Todo eso lo iremos «descubriendo» a lo largo de los 8 episodios.

Lo que más nos atrae de este tipo de miniseries es su capacidad para desarrollar una idea sencilla hasta hacerla enrevesada y relativamente compleja, con ese entorno tan polivalente y versátil como es un pequeño pueblo con dos o tres localizaciones contadas con los dedos de una mano. Consiguen sacarle el jugo a la vida cotidiana, logran relacionar aspectos rutinarios como comerse un sándwich con momentos clave que nos desvelan nuevas pistas y nos abren caminos en la investigación. Hay momentos en los que tal vez se pierde un poco en pequeñas subtramas de personajes secundarios, desviándose un poco del rumbo general, pero después vuelve a cobrar sentido.

Nos encanta el perfil del personaje de Ambrose, porque lejos de ser un súper lumbreras cuyas deducciones dejarían patidifuso al mismo Sherlock Holmes, tiene una manera diferente de resolver los casos: Su secreto es implicarse, meterse hasta la cocina en todos y cada uno de los resquicios que atisbe. En lugar de hilar bien fino, decide romper las costuras y hacer preguntas incómodas, rebuscar donde no debe o hacer llamadas comprometidas. Estas pesquisas molestan a más de uno, por supuesto, pero lo cierto es que el trabajo tiene sus frutos.

Pero no solo por esto es importante, en realidad hay una subtrama sobre él, nos da la sensación de que en cada temporada veremos plasmado uno de sus traumas o de sus peculiaridades, por llamarlas de alguna manera. En la temporada anterior nos mostraron un particular fetiche de índole sexual, y en esta ocasión podremos ver una de sus heridas de la infancia, que le aportará mucha profundidad al personaje.

Por su parte, Elisha Henig, que interpreta a Julian, cumple de sobra con lo que se espera de él en pantalla. A pesar de su corta edad, consigue transmitir de manera muy natural la frustración, la incertidumbre y la desesperación que acompañan a su personaje, además de lidiar con muchas “sombras” más complicadas y reales de lo que parecen.

No podemos hablar del elenco sin mencionar a Carrie Coon, que nos regala el fantástico personaje de Vera, sin duda uno de los pilares de la temporada. Su carácter y su expresividad nos recordaron a Jessica Biel, de esas personalidades que hacen suyo cada plano y que nos hacen olvidar que están actuando. Si bien su rol no es el mismo, ya que Biel cargaba con el peso de la historia, Coon consigue un fantástico nexo entre los personajes principales y los secundarios, mostrándose a caballo entre ellos, adoptando siempre el papel que le corresponde. Nos despista, empatizamos con ella, nos vuelve a despistar… nos conquista. 

También nos ha gustado mucho el planteamiento de Mosswood, que se va cociendo a fuego lento a lo largo de los episodios, y que en nuestra opinión refleja muy bien el panorama de determinadas sectas – o comunas, como queramos llamarlas – asentadas en Norteamérica, que bajo el pretexto de vivir de forma autosuficiente y en armonía con la naturaleza, captan a aquellos que se sienten solos y desamparados en el mundo exterior, sin saber hasta dónde puede afectarles ese tipo de convivencia y de estructura social, donde el valor del grupo está por encima del individuo.

Por otro lado, no nos esperábamos el giro final, fue un buen contrapunto al conjunto general que nos dejó con buen sabor de boca. Lo que si sacamos en claro es que, en ese tipo de localidades pequeñas, donde todos se conocen, es raro que no estén implicados de uno u otro modo cuando un suceso tan devastador llama a su puerta.

Algo que tienen en común ambas temporadas de The Sinner es su aspecto técnico. Una paleta de colores fríos, planos cortos y pausados, un maquillaje muy natural y una banda sonora donde los silencios son tan importantes como las melodías. Aquí además se le da especial importancia al ritmo de un metrónomo, que se integra muy bien en las escenas clave de la historia. 

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