[Reseña] Bodyguard

Sinopsis & Ficha Técnica

David Budd es un veterano de guerra que trabaja como especialista en protección para la realeza y para la Policía Metropolitana de Londres. Cuando se le asigna proteger a la ministra Julia Montague, cuya visión política apoya todo lo que él detesta, Budd se encuentra en una encrucijada entre su labor y sus creencias. Aunque él es responsable de su seguridad, quizá ella sea su mayor amenaza.

Tráiler

Reseña

Es difícil sorprender en un thriller político/policíaco hoy en día, debido al grandísimo número de propuestas que encontramos en cualquier canal de televisión o plataforma de streaming. Añadimos Bodyguard a la lista de pendientes hace un par de meses más que nada por su actor protagonista, Richard Madden, ya que nos apetecía verlo fuera del papel de Robb en Juego de Tronos. Ah, y porque es una miniserie inglesa. Apuntaos ese detalle, porque no suelen fallar.

El capítulo piloto nos enganchó desde los primeros diez minutos, con una escena de tensión y suspense en un tren que nada tiene que envidiar a las superproducciones hollywoodienses, puesto que la factura es de lo más elegante. Sin embargo, nos deja con la duda de no saber por dónde van a tirar con el personaje, qué perfil van a mostrar de Dave Budd. ¿Un ex militar con memoria fotográfica extraordinaria al que no se le escapa un detalle y que por ello es de gran ayuda para resolver la serie de atentados que nos ocupan? ¿Un excelente negociador que sabe empatizar con los terroristas por sus propias vivencias en Afganistán? ¿O alguien tan perturbado por los horrores de la guerra que es capaz de estallar en cualquier momento y sembrar el caos? Creemos que las tres vertientes hubieran sido interesantes por sí mismas de forma individual, si bien optan por jugar con todas ellas según el momento.

Los capítulos intermedios, es decir, del 2 al 5, son capaces de enganchar y entretener creando suspense, con tramas políticas bien construidas sobre personajes complejos y llenos de matices, aunque el primer episodio es difícil de superar. No es hasta el último cuando la serie vuelve a desplegar todo su potencial, regalándonos 60 minutos frenéticos en los que no podremos movernos ni un ápice de nuestro lado del sofá, dejándonos bastante satisfechos con el conjunto. Es cierto que este último episodio es tal vez el más “irreal” o menos extrapolable a una situación de emergencia que pudiéramos vivir en nuestras calles, pero al fin y al cabo, estamos ante un producto de entretenimiento con un buen desarrollo. ¡Vamos a pasarlo bien!

Como decíamos anteriormente, lo mejor de esta serie es que no somos capaces de predecir por donde irán los tiros, con lo que la historia presenta varios giros relacionados con todas las subtramas que toca: células terroristas, corrupción política, pulso de altos cargos en materia de seguridad, problemas familiares y amorosos… En cualquier momento os sorprenderéis a vosotros mismos susurrando un “¡no fastidies!”.

No faltan los clichés del género, aunque los personajes brillan por su aparente sencillez, tras la que vamos descubriendo pliegues y capas a través de conversaciones veladas o palabras no dichas. En lugar de hacer partícipe al espectador del “plan maestro” para que nos burlemos de los malos desde la tranquilidad de nuestro salón, se permiten jugar también con nosotros, mostrándonos solo lo justo para que empecemos a sugerir posibles desenlaces y nos sorprendamos con el final.

En definitiva, su punto fuerte es mantener un buen ritmo en la narrativa, consiguiendo llegar a un público más amplio en cuanto a tramas políticas y policíacas se refiere, aunque le falta esa chispa para ser una miniserie sobresaliente.

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